No cabe duda que la Educación es uno de los grandes debates con los que nos encontramos día a día en España, pero si uno profundiza un poco, enseguida ve que es un tema central también en cualquier otra parte del mundo, con problemas, ideas y posicionamientos muy parecidos allá donde uno va.
Para ayudar a reflexionar sobre ello os ofrecemos un vídeo que nos ha llegado a través del propio alumnado.
Os dejamos que lo veáis primero y, después, os ofreceremos una serie de ideas para su reflexión.
Como podéis ver, no deja muy bien al Sistema Educativo Mundial (y por momentos, tampoco al profesorado, que se convierte en la mano ejecutora de una política coercitiva a la creatividad y a la diversidad).
A título personal os diré que estoy de acuerdo (en líneas generales) con la idea que pretenden transmitir en el vídeo (trabajar por alcanzar esos objetivos que plantea, es la esencia de mi labor diaria) si bien pienso que los creadores generalizan en exceso y exageran las situaciones.
Por un lado, la Educación en la Atención a la Diversidad es una de las piedras fundamentales sobre las que se asienta nuestro sistema educativo y se trabaja muchísimo en la búsqueda de poder ayudar de la manera más individualizada posible a cada uno de nuestros alumnos/as. El problema está en que supone una serie de dificultades enormes que para superar requiere una cantidad ingente de recursos (económicos, humanos,...) de los que no todos y no siempre, se puede disponer.
Por otro lado, el profesorado se pasa el tiempo intentando encontrar e introducir nuevas propuestas metodológicas que sirvan para ofrecer una formación menos academicista y que ayude a buscar el talento del alumnado. La introducción de las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación en el aula son un instrumento excepcional para conseguirlo, pero su constante evolución también dificulta sus posibilidades de asimilación por parte del Sistema.
Es verdad que como está estructurado este último y los objetivos que persigue, limita mucho las posibilidades de ofrecer de una mejor manera todas estas ideas que se plantean (y otras muchas que no aparecen y deberían tenerse en cuenta), pero también habría que mirar hacia otros lados, como la actitud del alumnado, ya que una de las trabas que se podrían presentar es que la importancia que le dan a su propia formación es muchísima menor que la que dan a otras cuestiones menos esenciales (como el ocio, por ejemplo, sin quitarle la relevancia que también tiene).
Y lo mismo se podría decir del papel de las familias en relación de la labor que se realiza en la Escuela. No os quepa la menor duda que también haría falta que la Sociedad hiciese una autocrítica de esta cuestión. Las medidas que se están tomando para dar más autoridad al profesorado en su trabajo son simple palabrería cuando no existe un respaldo real de quien contrala la gestión del sistema, es decir, las autoridades educativas (y de las familias, claro).
En definitiva, tanto las Autoridades Educativas, el Profesorado, el Alumnado y las Familias tienen margen de mejora a la hora de enfrentarse a una cuestión que es (eso sí que no lo duda nadie) básica en cualquier Sociedad que busque la mejora de su Ciudadanía.
Y ya que estamos, no estaría mal que se abandonase el hecho de reirse de la Educación de las generaciones de jóvenes que se han formado en la ESO. Es un chiste habitual de cualquier programa de humor, meme y demás. Precisamente esa tendencia a despreciar a unas generaciones que tienen menos conocimientos de materias como matemáticas, geografía, lenguaje (o cultura en general) que las inmediatamente anteriores (porque de antes de la década de los 70 en las que existía un índice de analfabetismo brutal, no se les debería comparar) parece estar a favor de esa educación más academicista y restrictiva de antaño, olvidándose de las muchas capacidades que han adquirido esos alumnos y alumnas en otros muchos aspectos en los que nos dan mil vueltas a todos/as (como a nivel profesional por ejemplo). Un hecho que defiende una visión más amplia de educación que la simple enseñanza de datos e información que transmitía el sistema academicista de educación. Y demuestra que ya existe un cambio en búsqueda de nuevos métodos de formación más amplios. Para simplemente saber una fecha de una batalla mejor internet y para saber donde se encuentra un río... mejor viajar.
Bueno, no cabe duda que aún hay mucho trabajo que hacer por delante, pero también que se incide mucho en que la culpa de los problemas que existen están claramente delimitados a una parte del sistema y que se emplea mucho la demagogia a la hora de debatir este tema.
Por ejemplo, constantemente se toma como paradigma a seguir la estructura y organización del sistema educativo de Finlandia, si bien no se tiene en cuenta que Finlandia (sus ciudadanos, su carácter, su forma de entender la vida,...) no es el mismo que el de España y que también es uno de los países del mundo donde se producen más suicidios. Ciudadanos bien educados, pero infelices en su vida adulta. ¿Es ese el objetivo al que aspiramos? (reconozco que esto también es demagogia).
Por un lado, la Educación en la Atención a la Diversidad es una de las piedras fundamentales sobre las que se asienta nuestro sistema educativo y se trabaja muchísimo en la búsqueda de poder ayudar de la manera más individualizada posible a cada uno de nuestros alumnos/as. El problema está en que supone una serie de dificultades enormes que para superar requiere una cantidad ingente de recursos (económicos, humanos,...) de los que no todos y no siempre, se puede disponer.
Por otro lado, el profesorado se pasa el tiempo intentando encontrar e introducir nuevas propuestas metodológicas que sirvan para ofrecer una formación menos academicista y que ayude a buscar el talento del alumnado. La introducción de las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación en el aula son un instrumento excepcional para conseguirlo, pero su constante evolución también dificulta sus posibilidades de asimilación por parte del Sistema.
Es verdad que como está estructurado este último y los objetivos que persigue, limita mucho las posibilidades de ofrecer de una mejor manera todas estas ideas que se plantean (y otras muchas que no aparecen y deberían tenerse en cuenta), pero también habría que mirar hacia otros lados, como la actitud del alumnado, ya que una de las trabas que se podrían presentar es que la importancia que le dan a su propia formación es muchísima menor que la que dan a otras cuestiones menos esenciales (como el ocio, por ejemplo, sin quitarle la relevancia que también tiene).
Y lo mismo se podría decir del papel de las familias en relación de la labor que se realiza en la Escuela. No os quepa la menor duda que también haría falta que la Sociedad hiciese una autocrítica de esta cuestión. Las medidas que se están tomando para dar más autoridad al profesorado en su trabajo son simple palabrería cuando no existe un respaldo real de quien contrala la gestión del sistema, es decir, las autoridades educativas (y de las familias, claro).
En definitiva, tanto las Autoridades Educativas, el Profesorado, el Alumnado y las Familias tienen margen de mejora a la hora de enfrentarse a una cuestión que es (eso sí que no lo duda nadie) básica en cualquier Sociedad que busque la mejora de su Ciudadanía.
Por otro lado, no habría que dejar de lado tan fácilmente los muchos avances que se han hecho en las últimas décadas en la forma de educar en España (a pesar de los pesares que también se han sufrido). A veces no nos acordamos de cómo era el sistema educativo en el que nosotros nos formamos (a mi personalmente no me cabe la duda que muchísimo más restrictivo, limitativo y falto de creatividad que el actual).
Bueno, no cabe duda que aún hay mucho trabajo que hacer por delante, pero también que se incide mucho en que la culpa de los problemas que existen están claramente delimitados a una parte del sistema y que se emplea mucho la demagogia a la hora de debatir este tema.
Por ejemplo, constantemente se toma como paradigma a seguir la estructura y organización del sistema educativo de Finlandia, si bien no se tiene en cuenta que Finlandia (sus ciudadanos, su carácter, su forma de entender la vida,...) no es el mismo que el de España y que también es uno de los países del mundo donde se producen más suicidios. Ciudadanos bien educados, pero infelices en su vida adulta. ¿Es ese el objetivo al que aspiramos? (reconozco que esto también es demagogia).
Fernando López (Profesor)
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