No sé si decir a estas alturas, que lo de los Tatuajes es una moda (cuando desde los primeros momentos de la Humanidad se lleva modificando la apariencia externa de la piel para darle algún tipo de significado más profundo) es aventurarse demasiado y hablar por hablar.
Lo cierto es que utilizar la piel como lienzo para tratar de formar parte de un grupo, creencia o misterio, es algo que se ha hecho siempre y que se sigue haciendo ahora mismo. Desde el transfondo espiritual y religioso de los tatuajes de los maoríes, hasta la representación de la belleza, la madurez o el valor que supone la práctica de las escarificaciones en las tribus africanas, pasando por la confirmación de la pertenencia a un grupo, como la que practican la mafia japonesa, la yakuza.
De una forma u otra, estas prácticas han llegado hasta nuestros días y hace cosa de veinte años empezó a coger fuerza, entre los más jóvenes de nuestra Sociedad, el tatuarse algún símbolo en la piel. Muchos de los personajes más famosos y con más seguidores en la actualidad, lucen sus "tatoos" públicamente. Así, deportistas (especialmente futbolistas), cantantes, músicos, actores, etc han influido en que muchos de sus fans vean el tatuarse su cuerpo como una forma de estar a la última o, al menos, parecerse algo más a sus ídolos.
Pero lo cierto es que también hay mucha gente que, después de un tiempo, se arrepienten de su decisión, no les gusta cómo les quedó porque se va estropeando poco a poco, su cuerpo cambia y ya no queda tan bien o, simplemente, se cansan de ver lo mismo 40 años. Y entonces es cuando viene el problema. Porque lo de quitárselo no está nada fácil. De mano, no hay ningún método que sea plenamente satisfactorio, tanto estéticamente, como económicamente.
Por eso, dos compañeros de 4º de ESO, Patricia Sánchez Martínez y Andrés Barreira Ramos, a quienes les gustan los tatuajes, han decidido hacer un artículo para la Revista "El Parte" en el que comentan un hecho transcendental en toda esta historia. Ni más ni menos que, antes de dar el paso, hay que pensárselo muy bien, intentando tener las ideas claras para después no tener que arrepentirse por una mala decisión.
Esperamos que os guste.
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