Ahora les llega el turno a las alumnas y alumnos de 3º B. Carla Pulido ha sido la encargada de preparar el texto. Ya veis que se lo ha tomado en serio y ha escrito un recordatorio de la Convivencia genial (como todos podéis comprobar cuando leáis estas líneas).
"El pasado miércoles 16 de Octubre, nos tocó a la clase de 3ºB ir a
las Convivencias en Contrueces y ya de mano, la primera buena noticia que nos dieron
fue que, como llovía mucho, los profesores se habían puesto de acuerdo en
llevarnos en sus coches.
Cuando llegamos allí, la casa parecía un buen sitio
para pasar el día y nos gustó mucho. Teníamos muchas ganas de entrar y
empezar a pasarlo bien con nuestros compañeros. Así que entramos y cuando vimos las habitaciones, a todos nos gustaron mucho.
Una vez organizados, Carlos nos llamó para ir a la sala y nos habló de la actividad que suponía una Convivencia, del objetivo y, sobre todo, de que las Convivencias eran un sitio para unirnos más como clase y estar todos
juntos.
Así que iniciamos las Dinámicas y, al principio, empezamos a abrirnos hablando de temas muy
variados y demás. Fueron pasando las horas, nos daban descansos y de
nuevo para la sala. Una de las actividades, consistía en que a cada uno
le tocaba una ficha en la que decía cosas como “¿Qué es lo que más
temo?” o “¿Qué es lo que más ansío?”, y por parejas, compartíamos
nuestros pensamientos. Esa actividad me gustó mucho, ya que al principio
por parejas era aburrido, pero luego nos juntamos 3, y otros 3, y otros
3, y al final terminamos todos juntos como una clase.
Cuando se
iba acercando la noche, hicimos palomitas, sándwiches y nos sentamos
todos en la sala para ver cómo se clasificaba la Selección Española para
los mundiales. En cuanto terminó el partido, las chicas fuimos a la
habitación y los chicos a jugar al fútbol fuera. Las chicas nos
aburríamos muchísimo y empezamos a pintarnos cicatrices y sangre falsa
por la cara. Carlos nos propuso la idea de asustar a los chicos y nos
pareció bien, así que nos seguimos pintando. Ellos estaban fuera y no se
enteraban de nada y, en cuanto estuvimos listas, Carlos apagó las luces
de la sala y le dijo a los chicos que tenían que buscarnos por ahí.
Nosotras estábamos escondidas en las habitaciones, en los baños e
incluso en los armarios. Después de llevarnos un susto mutuo y de
reírnos muchísimo, Carlos nos dijo que íbamos a jugar un “Chicas vs
Chicos” a las canciones. El equipo que se supiera más canciones, se
libraba de limpiar la casa al día siguiente. Las chicas supimos todas
las canciones, mientras que los chicos tatareaban alguna que otra,
aunque actuaron con más “deportividad” y por eso Carlos les regaló
muchos puntos. Nos reímos muchísimo, y al final cantamos el himno de
Asturias todos juntos. Después del juego, ya no estábamos separadas las
chicas de los chicos, y nos sentamos todos en la sala hasta que nos
mandaron ir a las habitaciones. Allí estuvimos riéndonos, sacando
fotos y contando historias de miedo horas y horas hasta que conseguimos
dormir
Llegó el día siguiente y pensamos que no nos iba a dar
tiempo a nada, pero ocurrió lo contrario, hicimos muchísimas más cosas
que el día anterior. Estuvimos en la sala buscando información sobre
problemas en el mundo, twitteándolo y compartiéndolo grupalmente.
También salimos fuera a hacer algún juego. Primero, nos dividimos en dos
grupos y empezamos a enredarnos formando un nudo, o al menos intentando
formar un nudo. Después, de cada grupo, había una persona que se
encargaba de desenredarlo. Al final, todos formamos un nudo y era Toño
el que nos desenredaba.
El segundo juego que hicimos, consistía en
formar dos equipos, a cada uno se le asignaba a número, y cuando Carlos
decía el número, una persona de cada equipo salía e intentaba meter los
pies en un neumático que estaba en el centro. Como nadie habló de
normas, y todo valía, nos empujábamos, e incluso nos tirábamos por
conseguir entrar. El siguiente juego fue prácticamente igual salvo que
se jugaba por parejas, y las parejas se peleaban por entrar.
Por último
hicimos un ejercicio de confianza que consistía en meterse dentro de una
pila de neumáticos. Carlos preguntó quién quería meterse y yo que
tenía curiosidad, quise meterme. Cuando me ayudaron a entrar, Carlos me
dijo que consistía en que los chicos tenían que conseguir dejarme en el
suelo, hacerme rodar y volver a levantarme. Lo primero que sentí fue
miedo, pero confié en ellos y al final no hubo ningún problema. Pero
cuando Carlos pidió un voluntario entre los chicos, nadie quería.
Nadie confiaba en nosotras, y todos decían que les íbamos a tirar. Las
chicas estábamos algo molestas, hasta que Guillermo se ofreció
voluntario y tampoco le pasó nada´.
Al final, recogimos todas
nuestras cosas y fuimos fuera a jugar el baloncesto, fútbol o sacar
fotos mientras esperábamos para irnos. Cuando empezaron a llevarnos de
vuelta al colegio, estábamos un poco tristes porque se había pasado muy
rápido. Echamos muchísimo de menos a los compañeros que habían faltado
ese día, aunque lo pasamos genial y fue un día para repetir".
Ya veis por el texto de Carla, que se nota que se lo pasaron genial. Nos alegramos muchísimo.
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