Este año, tres fueron los elegidos por sus compañeros para prepararlo: María, Gabriela y Carlos. Como no podíamos esperar de ellos de otra manera, estuvieron a la altura de las circunstancias y prepararon un Discurso con una estructura muy original y, a la vez, lleno de recuerdos emotivos. Recuerdos importantes que destacan porque son de ellos. Son sus vivencias en común a lo largo de 15 años.¡¡Casi nada!!
Aquí lo tenéis.
"Diez de septiembre del año 2000, ocho y media de la mañana…
Me acuerdo de que mi madre me despertó más pronto de lo normal, me dijo que era mi primer día en el colegio. Me levanté de la cama con mucho sueño y me puso el que sería mi uniforme durante muchos años, empezaba la rutina…
Parecía un día normal, pero lo que no sabía es que ese día cambiaría el resto de mi vida.
Diez de la mañana. Llegué al colegio de la mano de mis padres y se despidieron de mí, pero yo no quería separarme de ellos. Allí me encontré con muchos niños que llevaban la misma ropa que yo, parecían también muy nerviosos, algo nuevo comenzaba…
Lo que no sabía era que esos niños que iban vestidos igual que yo, iban a convertirse en mis compañeros, mis mejores amigos.
Once de la mañana. Después de un rato en el colegio, me encuentro en una clase muy bonita, llena de colores y juguetes. Una chica que no conocía nos estaba hablando sobre esta nueva etapa, olía muy bien. Nos explicó que sería nuestra nueva profesora.
Lo que no sabía es que los profesores iban a convertirse en un gran apoyo para todos nosotros.
Los días iban pasando y sin darnos cuenta nosotros íbamos creciendo, conociendo a nuestros compañeros, aprendiendo nuevas cosas, cada vez más difíciles (Aquello de atarnos los cordones…). El colegio se iba haciendo parte de nosotros. Cada vez había más escaleras que subir y nuevos profesores que conocer, pero el mandilón ahí seguía… Saltar a la comba o jugar al fútbol, se convertiría en la rutina de todos nuestros recreos. Con la convivencia en Brañillín nos despedíamos de primaria.
Nos tocaba madrugar un poco más, pero merecía la pena no tener que ir por la tarde. Sin el mandilón, nos dimos cuenta de lo que era hacer exámenes de verdad y las largas tardes de estudio pero sin dejar de lado la ilusión por días como la romería o la Morgal. En esta etapa, comenzamos a hacer nuestros primeros viajes, Londres y Francia, de los cuales siempre nos quedará un bonito recuerdo.
Cuando colgamos el jersey, comenzamos nuestros dos últimos años en el colegio en un nuevo edificio. En esta etapa, nos juntamos los dos grupos. Los que eran para nosotros simplemente conocidos, pasarían a ser un apoyo muy importante en estos dos años en los que discutiríamos, pero también pasaríamos grandes momentos. Uno de los más esperados, que pensamos que nunca llegaría fue el viaje de estudios. Esa semana en Londres, con Armando y Toño, nos sirvió para conocernos más. Dejamos a un lado todas nuestras preocupaciones para disfrutar de esos días y pasarlo bien. Nunca nos olvidaremos de nuestro repertorio musical por las calles de Londres.
Y llegó segundo de bachiller, donde a pesar de los exámenes y la PAU no dejamos de disfrutar juntos de nuestro último año en el colegio, jugando a pingpong en los recreos y conociéndonos un poco más a nosotros mismos en las convivencias . Desde septiembre ya todos estábamos pensando en el día de la graduación.
Y aquí estamos.
Día quince de mayo de 2015, una de la tarde. Mi madre ya ha llegado de la peluquería y me ha encontrado desayunando. Después de tanto tiempo esperando, ha llegado el gran día.
Lo que ya sabía, aunque me costase aceptarlo es que llegaba el momento de despedirnos.
Siete y media de la tarde. Bajo por las escaleras con mis padres, pero esta vez la que me despido soy yo. Todos estamos muy elegantes pero al igual que el primer día de clase, estamos muy nerviosos.
De lo que estoy segura es que nunca me voy a olvidar de vosotros.
Y ahora que estoy aquí viéndoos a todos: padres, profesores y compañeros, me vienen a la cabeza todos esos recuerdos que marcaron mi historia en el colegio, nuestra historia.
Pero toda buena historia, comienza con una decisión. En este caso no ha sido la nuestra, sino de nuestras familias, las personas que más creen en nosotros y que nos han apoyado en todo momento, desde abrocharnos bien el mandilón hasta enseñarnos que pase lo que pase, no debemos rendirnos. Por eso, queremos daros las gracias por estar siempre ahí.
En una historia, a parte del comienzo, hay una serie de capítulos que hay que ir superando y es ahí donde recibimos el apoyo de nuestros profesores. A quienes también les damos las gracias por ayudarnos tanto en nuestras alegrías como decepciones, porque sin vosotros las cosas no podían haber sido mejor. Gracias por enseñarnos que todo esfuerzo tiene su recompensa, porque sin vosotros no hubiéramos llegado hasta aquí. Gracias a Lourdes por haber hecho todo lo posible por estar hoy aquí, ya que este día no habría sido lo mismo sin ella.
Y por último aunque no menos importante, los protagonistas de esta historia que aunque hoy se termina seguro que no la vamos a olvidar. Los finales son inevitables y por mucho que quisiéramos que llegase este momento, nunca es fácil decir adiós a las personas que en estos quince años se han convertido en nuestra segunda familia. Porque no es fácil encontrar un grupo así, que a pesar de las discusiones y de los baches en el camino hemos conseguido superarlos juntos. Todo este tiempo vivido nos ha convertido en las personas que somos hoy.
El destino o simplemente la casualidad, hicieron que nuestros caminos se encontrasen y aunque nos separemos, estamos seguros de que volveremos a veros. Porque comenzamos una nueva etapa pero esperamos que sea igual de buena que todos los momentos que hemos pasado con vosotros. Os vamos a echar mucho de menos."
FOTOS DE LA ENTREGA DE ORLAS
FOTOS DE LA CENA
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