DISCURSO DEL PROFESORADO PARA ACTO DE GRADUACIÓN DE BACHILLERATO (MAITE)

Por circunstancias, esta vez he hecho lo que siempre os digo que no debéis hacer… dejar las cosas importantes para el último día… y hasta ayer mismo no sabía muy bien como despedirme hoy de vosotros.

Es una despedida con prórroga y espero que cuando todo acabe yo os hayáis examinado de la PAU, vengáis a vernos de vez en cuando. Ya sabéis que seréis bien recibidos siempre y que nos gusta veros y saber cómo os van las cosas.

Pero ayer mismo… nerviosa porque se echaba el tiempo encima y bastante tengo yo con tener que hablar en público, mientras miraba lo guapos que estáis en la Orla, reparé en el lema de este año, que aparece debajo y que dice ¿De verdad? ¡De verdad! Y pensé que, ahora mismo, muchos de los que estamos aquí pensaríamos justamente lo contrario… que parece mentira.

Entendámonos… no parece mentira que hayáis conseguido graduaros, por lo menos en la mayoría de los casos... Pero estoy segura que vuestros padres y abuelos se preguntarán si (¡de verdad!) sois los mismos que no hace tiempo dejaron llorosos en la fila de Infantil. Nadie lo pensaría viéndoos hoy colocar una banda que significa que esta etapa de vuestra vida está acabando. ¿De verdad ha pasado todo tan deprisa? Pues de verdad sí.

¿De verdad? nos preguntamos los profesores que os hemos acompañado hasta aquí. ¿De verdad han pasado ya todas esas fases, una tras otra, en la que primero nos adoran y luego nos cuestionan e incluso, a veces, nos aborrecen?

Todo eso forma parte del crecimiento personal, por eso confiamos en que (finalmente) nos guardéis a todos en el rincón del afecto y que nos recordéis con cariño.

En estos años en los que habéis crecido como personas entre los muros de este Colegio, habéis ido acumulando conocimientos y vivencias y como docentes hemos disfrutado y sufrido según tocase, pero siempre hemos compartido con vosotros y, por eso, aunque supuestamente estamos aquí para enseñar, también nosotros hemos aprendido de vosotros y nos habéis ido mostrando vuestras verdades. No puedo saber la verdad que mis compañeros han visto en vosotros, pero sé la mía.

Siempre digo que los grupos tienen su propia personalidad, igual que la tienen los individuos. En mi opinión vosotros formáis un grupo complejo, que no tiene miedo a mostrar sus diferencias, pero que tiene claro que camina en la misma dirección y siempre habéis intentado buscar la manera de entenderos. Conocéis lo que os disgusta de vuestros compañeros y no lo disculpáis, pero sabéis elevaros y entenderos… sin daros cuenta, os habéis regalado un valor dificilísimo de conseguir… el del Consenso.

La Real Academia de la Lengua define la verdad como la conformidad de lo que se dice con lo que se siente o piensa y yo creo que vosotros sois personas de verdades.

Las verdades que me habéis transmitido se ajustan bastante bien a una frase que leí hace tiempo y que es de Paulo Coello. Dice: “Un niño (y hago el inciso de que vosotros ya no sois tan niños, no hay más que veros, pero recordad lo que os dije antes, hace poco estabais en Infantil…), pues “un niño puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea”.

Tengo una gran suerte al tener un trabajo como este porque el aprendizaje con vosotros no termina nunca. Como tutora vuestra me habéis regalado momentos preciosos que nunca olvidaré.

Ya me he referido a padres y abuelos y a profesores, pero es posible que también vosotros os preguntéis ¿de verdad nuestro tiempo en el colegio se acaba? Y de nuevo la respuesta es “de verdad que sí”. Pero os insisto en lo que tantas veces os he dicho. No tengáis miedo porque la puerta que se abre ahora os llevará a experiencias estupendas.

Respecto a los miedo que podéis tener ahora, en el momento de elegir vuestro camino, hay un texto que quiero compartir con vosotros. Aunque Roberto me dice que es un poco “pastelero”. Siempre que me suelta algo así me defiendo diciendo que son privilegios de ser un poco cursi…puedo  decir lo mismo que él piensa, pero sin preocuparme de que parezca demasiado sentimental.

El texto forma parte de la novela “Donde el corazón te lleve” de Susanna Tamaro y son las palabras de una abuela a su nieta. Dice así: “Cuando ante ti se abren muchos caminos y no sepas cual recorrer, no te metas en cualquiera al azar, siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad que respiraste el día que viniste al mundo, sin permitir que nadie te distraiga: aguarda y aguarda más aún. Quédate quieta, en silencio y escucha tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve.”

Sinceramente, creo que debéis hacerlo porque es la manera de escuchar de verdad qué cada uno llevamos dentro. Acompañaros siempre de esa verdad.

Para acabar, sólo deciros que estoy orgullosa de vosotros y que os deseo lo mejor. Quizás os diréis: “¿De verdad?”. Pues sí ¡De verdad! 

FOTOS DE GRADUACIÓN DE BACHILLERATO 2014 (CENA Y AMBIGÚ)